Dra. Concepción Calleja
Publicado en D-Farmacia, 15/04/2010

Derived from Bacterial DNA Sequences
La prensa últimamente no ha dejado de hablar de homeopatía. Por una parte, el Parlamento Británico quería dejar de subvencionar parte de la oferta de medicamentos homeopáticos de que han venido disponiendo los ciudadanos de ese país, retirando una pequeña partida de euros, eso sí, sin quitar nada a los cuatro hospitales homeopáticos que existen en Reino Unido (en Londres, Glasgow, Bristol y Liverpool), donde se desarrollan trabajos de investigación, además de curar con esta terapéutica. ¿Quién iba a ser el perjudicado por la iniciativa parlamentaria británica? Pues algunos ciudadanos de a pie.
Afortunadamente, la idea, que había partido sólo de tres parlamentarios, fue finalmente desestimada por el grupo laborista. Lo cierto es que la noticia se anunció en nuestro país como un bombazo, que luego se quedó en nada. En realidad, paralela a ésta surgió otra noticia a la que los medios no concedieron tanta importancia aunque realmente tiene un profundo calado: a las numerosas investigaciones que se desarrollan sobre homeopatía, ahora se añade la del Dr. Luc Montagnier –premio Nobel de Medicina en 2008 por su descubrimiento del virus del sida–, quien ha experimentado con ultradiluciones de fragmentos bacterianos de ADN, demostrando que tienen capacidad de inducir ondas electromagnéticas. La señal cambia con el nivel de dilución y permanece incluso después de que los fragmentos de ADN sean destruidos por agentes químicos. Las características y conclusiones de este estudio se han publicado en Interdisciplinary Sciencies: Computational Life Sciencies. 2009;1: 81-90, en un artículo titulado Electromagnetic Signals Are Produced by Aqueous Nanostructures Derived from Bacterial DNA Sequences.
En fin, que los médicos homeópatas no dejamos de extrañarnos –a la vez que concebimos esperanzas y nos desesperamos– ante el revuelo que suscita, cada dos por tres, la terapia con la que nosotros trabajamos, curando a la gente, cada día. En cualquier caso, siempre nos anima ver la salud recuperada en los pacientes a los que tratamos. A nosotros sólo nos queda eso, y no es poco: la alegría de ver a nuestros pacientes sanos y la certeza de ayudar a que la población enferme menos (no olvidemos que la homeopatía es en gran parte preventiva). Porque, como al resto de los mortales, los conceptos, jergas y recursos tecnológicos de los investigadores no siempre nos resultan asequibles: lo nuestro, al fin y al cabo, es curar. Pero sí debemos dar a esta noticia el lugar que merece, pues es un avance que puede abrir muchas puertas para la comprensión del efecto de las ultradiluciones.
¿Acabará con ella el acoso y derribo?
Descargar artículo Las ultradiluciones bajo el foco de la atención científica