Dra. Concepción Calleja
Publicado en D-Farmacia, 22/03/2011
Desde este espacio queremos apuntar a un fenómeno que últimamente va en aumento: se trata del estrés infantil. Muchos farmacéuticos lo habrán detectado antes que el médico porque más de una madre ha pasado por su oficina de farmacia comentando que su hijo no come bien, está triste, apático o nervioso, no duerme como antes… y preguntan si hay «alguna vitamina» que le pueda ayudar.
Esta puede ser una primera señal de alarma que no hay que banalizar, pues la aparición temprana de cuadros de estrés, o incluso de ansiedad o depresión, pueden deteriorar los procesos de desarrollo personal y social (1). Los niños nunca van a decir que están estresados, su cuerpo y su cerebro están formándose y carecen de la capacidad reflexiva y lingüística necesarias para verbalizar estos procesos, pero los padres notan diversos síntomas, ninguno claro. Y es que los niños se estresan, sí, como los mayores, sufren sus mismos síntomas, pero no saben expresarlos. [Leer más…]